Nací en un pequeño pueblo que la mano del hombre puso en la cima de una montaña rodeada de valles, ríos y la más rica vegetación. Desde allí la mirada se pierde en el infinito, con el deleite para la vista de los más hermosos paisajes puestos por Dios en los alrededores de mi Risaralda. No dudo al decir que allí viví los mejores años de mi vida y mi mente se transporta con cierta constancia hacia esos cálidos placeres de la infancia y juventud.
Fue el buscar la educación lo que me sacó inicialmente de aquel paraíso. Y durante 5 años de carrera universitaria, mi mayor placer estaba en el viaje semanal a la comarca, a mi Risaralda. Nunca quería regresar a la capital donde estudiaba, pero el deber me llamaba.
Podría escribir muchas páginas contando anécdotas de mi pueblo adorado, de las experiencias que viví, de la hermosa gente con la que conviví, de las siembras y cosechas intelectuales de mi padre en Risaralda, y, en menor escala, de las mías. Pero lo que quiero compartir es cómo para un montañero, como yo, no existen parámetros, ni obstáculos, ni distancias, cuando llevamos dentro el anhelo de triunfar y dejar huellas, y poner en alto el nombre de la patria chica y de la patria grande.
Llegué a Estados Unidos sabiendo que aquí las leyes que tanto estudié en la facultad de Derecho eran otras completamente distintas y no podría ejercer la profesión para la cual me eduqué. Pero junto con mi pasaporte, traía en las venas el amor a un hobby, a una pasión, que se convirtió muy pronto en profesión y en medio de sustento. Fue el periodismo en medios de comunicación en mi Colombia, como La Patria, Radio Sintonía, La Voz de los Andes, Radio Manizales, La Voz de Anserma, los que me abrieron puertas y una brecha de amor a esa profesión en mi corazón. Ese fue el resumé que traje a este país donde las puertas se abren tan sólo cuando las buscas y quieres que se abran para ti.
Los primeros años no fueron fáciles. Como ocurre a cualquier inmigrante, el proceso de adaptación es complejo, insensato y doloroso. Aun así, desde los primeros días en aquel 1981, pude ubicarme en labores relacionadas con el periodismo en Miami, conocida como La Capital del Sol. La primera, El Espectador de Miami, un pequeño periódico en el que el dueño, el director, el reportero, el vendedor, el diagramador, el jefe de relaciones públicas, era una sola persona. Yo era el segundo pero aun así, siendo tan solo dos, el periódico daba para vivir tan solo a uno y, claro, no era yo.
Allende de las enseñanzas en el colegio, en la universidad, de los cursos, conferencias y seminarios a los que asistí, centro mi caminar hacia el éxito personal en la perseverancia, en la educación adicional que logré por mismo, y una buena cuota en el manejo del idioma Español de la mejor manera posible. Aunque para triunfar en este país hace falta aprender el idioma, tener documentos migratorios al día y, créanlo o no, contar con un poco de suerte.
No había muchas oportunidades de trabajo en aquella época en Miami y gracias a nexos familiares, me trasladé a Dallas, Texas. El comienzo fue durísimo, lavando baños en un parque, haciendo hamburguesas en un restaurante. Pero luego, durante los 9 años que vivimos allí, fundé un periódico semanario, La Aurora, y una revista mensual, Puntos …, que me dieron muchas satisfacciones, reconocimientos y la alegría de servir a una comunidad.
Pero vivir de un medio de comunicación no es sencillo, sostener a un grupo de empleados con toda la carga financiera encima, no es fácil. Es por ello que el ciclo se cerró y me traslado de nuevo a Miami con mi esposa, dos hijos y el bolsillo vacío. Fui afortunado porque me tocó la etapa naciente de la radio colombiana en Florida y pronto, con esfuerzo y mostrando lo mejor de mi, alcancé a ser corresponsal para RCN Radio con Juan Gossaín a la cabeza, durante un período de 7 años. Pasé de ser reportero y editor de un noticiero a dirigir el noticiero de la radio colombiana Caracol en Miami y posteriormente de RCN en Miami. A la vez, escribía para varios periódicos y revistas.
Después, vino la gran revolución tecnológica y enmarcado en ese contexto, trabajé aportando el contenido inicial para importantes plataformas en internet como www.salud.com, por ejemplo.
Fue entonces cuando alguien en la cadena Univision, la más prestigiosa en Español en Estados Unidos, fijó la mirada en este risaraldense emigrado. Y entré a formar parte del limitado, pero muy selecto grupo de escritores o redactores del Noticiero Nacional de la cadena. Se cuentan rápido, pero son 20 años de experiencia, con más de 1.500 eventos cubiertos como periodista, más de 20 premios o reconocimientos, el más reciente, en octubre del 2017, nominado al más prestigioso premio de la televisión en Estados Unidos, el Emmy.
La dedicación personal a la carrera del periodismo, para tratar de ir más allá que los demás, me abrió oportunidades como la de llegar a ser catedrático de la Universidad de Miami, dictar conferencias en varios países del continente y la que más recuerdo con cariño, ayudar en la fundación de la que es hoy la mayor plataforma de internet en Español en Estados Unidos y quizás del mundo, www.univision.com. La empresa me otorgó una responsabilidad inusual para la que además de experiencia y conocimientos hacía falta una buena dosis de sentido común. Entré a dirigir la sección ¨Tu Consejero¨, con el apoyo de un abogado, una sicóloga y una nutricionista. Sin pensarlo, mi vida se transformó durante los años que duró esa experiencia. Pudimos salvar vidas, recoger ayudas, educar a muchos jóvenes descarrilados y muchísimo más, dando consejos a diario que requerían la mayor sensatez, mucha investigación y la mayor responsabilidad.
Aquí sigo, con Noticiero Univision, dando lo mejor de mi, transmitiendo noticias cada día. La vida me permitió hacer cosas paralelas como crear la Asociación de Periodistas Latinoamericanos del Medio Ambiente, ayudar en la creación y presidir la Asociación de Periodistas Colombianos en Estados Unidos, crear el Centro Internacional de Comerico en la zona franca de Miami, crear el Primer Congreso de Empresarios y Profesionales Colombianos en Estados Unidos, ser candidato a la Cámara de Representantes de Colombia por los colombianos en el exterior, entre otras cosas.
Los años han pasado, y las experiencias vividas, los éxitos alcanzados, espero sirvan a otros y así trato de transmitirlo en los libros que he escrito y publicado (www.librosfernandoescobar.com). Ya son más 60 años de vida y 36 en este gran país, pero mi mente, mi corazón, mis anhelos, lo que resta de mi futuro, están en el país donde nací y mi gran sueño es vivir allí los ultimos años y volver a la aldea y recorrerla, y disfrutarla, como en aquellos tiempos que tanto añoro.
En www.canaldelinmigrante.com podrás encontrar centenares de informes como éste, con orientación valiosa para alegrar y mejorar tu vida.