En Estados Unidos, los impuestos se pagan a nivel local, estatal y federal (los dos primeros casos no son aplicables a todos los estados; así, por ejemplo, los que no cobran impuestos locales son Alaska, Dakota del Sur, Florida, Nevada, Texas, Washington y Wyoming). El sistema impositivo del Gobierno Federal es de naturaleza progresiva, esto quiere decir que mientras más dinero se genere, más impuesto se pagará. El cumplimiento del pago de impuestos es tomado muy seriamente ya que es una obligación de todo ciudadano o residente (temporal o permanente) que genere ingresos. Es administrado y controlado de manera muy estricta a través del Internal Revenue Service (IRS).
Es indispensable establecer el origen geográfico de los ingresos para determinar la aplicación de la mayoría de las normas impositivas. De esta forma, los extranjeros deben conocer la fuente de sus ingresos a fin de determinar si corresponde la jurisdicción de Estados Unidos a fines impositivos.
Los porcentajes anuales que se pagan varían según el monto total de los ingresos obtenidos. Por ejemplo, si se obtuvieron menos de US$ 25.750 se pagará un 15% de impuesto, mientras que quien obtuvo ingresos por encima de US$ 283.150 pagará un 39,6% de impuesto.
Puede obtener más información en la página web del IRS.
El IVA americano
En Estados Unidos, no existe un sistema fiscal equiparable con el I.V.A. que se cobra en algunos países latinoamericanos. En su lugar, los impuestos sobre ventas son determinados individualmente por el estado, condado y ciudad, y cada estado tiene autonomía completa a la hora de administrar sus impuestos. Así, para solicitar un reembolso del impuesto de ventas del estado, usted debe dirigirse a la oficina de impuestos del estado donde las compras fueron hechas.