¿Qué tanto Español sabemos?

“Présteme una toballa”, “ese hombre es un vagamundo”, “eso es un palabro” (palabra rara o mal dicha), “deseo comerme una almóndiga”, “me encontré un murciégalo”, “me quiero tomar un güisqui”, “me persiguió un crocodilo”, “compré un bluyín” (también yin), “viajo en el mes de otubre”, “necesito un dotor”. Todas estas frases (y existen más), aunque le suenen mal, aunque no lo crea, son correctas. Lo son porque la Real Academia de la Lengua Española (http://www.rae.es), dentro de sus políticas, desde no hace muchos años, estableció la de incluir en el diccionario y aceptar como palabras dentro de nuestro idioma, algunas alteraciones de la lengua que hacen personas que hablan o pronuncian mal. No sé si ya aceptaron “suidad” en vez de ciudad, es uno de esos deterioros que detecto en ciertas personas.


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