APRENDE A ESCUCHAR BIEN

La persona más importante en el mundo para mi en cuanto a darme consejos, guías, orientación, fue la primera persona a quien no escuché. Es decir, no lo escuché bien, simplemente porque no lo escuché a tiempo. Mi rebeldía juvenil fue superior y por ello no lo escuché cuando debí haberlo escuchado. Esa persona fue mi padre.

    

Hoy en día recuerdo esas enseñanzas con nostalgia, pongo frente a mi sus sabias enseñanzas. Y aunque todavía son válidas, cuanto me arrepiento de no haberlo escuchado bien cuando era de carne y hueso, cuando podía tocarlo y oír sus palabras con mis oídos. Y no lo escuché por algo tan simple que parece ser una trágica ley de la vida, la mayoría de los jóvenes no quieren escuchar a sus padres. Todo lo contrario, las palabras de papá y mamá son aburridas, retrógradas, necias, desesperantes. 

Hoy en día gran parte de las enseñanzas de mi padre han contribuido a mi éxito personal. Gracias papá y perdona que no te haya escuchado bien o en el momento en que debí hacerlo.

Una frase del famoso poema ¨Desiderata¨ que incluimos completo en otro capítulo de este libro, dice: ¨escucha a los demás, incluso al torpe (lerdo) e ignorante; ellos también tienen algo que decirte¨. 

Y dentro del saber escuchar están también el saber responder y el callar a tiempo o cuando sea conveniente. Eso me llevó a la conclusión, y trato de ponerlo en práctica la mayoría de las veces, que nunca debe discutirse sobre política, religión o temas similares con personas apasionadas. Nunca lograrás convencerlas pero si fácilmente exasperarlas. Entonces, no tiene caso.

Escuchar bien significa sacar el máximo provecho lo que otros dicen, bien sea personalmente, a través de la letra impresa o de los medios de comunicación. Saber escuchar es captar el mensaje y ponerlo en práctica para nuestro propio bien.

De nuevo, navegando en Internet me encontré con los siguientes consejos inéditos que aunque parecieran dirigido a los varones, lo son para hombres y mujeres. Por favor léelos y en el buen sentido de la palabra, también escúchalos …

¡Sé hombre!

No seas tan singular, que resultes extravagante, ni tan mediocre, que resultes vulgar.

No seas tan conservador, que resultes ridículo, ni tan dadivoso, que resultes derrochador.

No seas tan alegre, que resultes frívolo, ni tan sombrío que resultes pesimista.

No seas tan arriesgado que resultes inconsciente, ni tan temeroso que resultes cobarde.

No seas tan entusiasta que resultes frenético, ni tan estoico que resultes insensible.

No seas tan confiado que resultes tonto, ni tan desconfiado que resultes inaguantable.

No seas tan ambicioso que pierdas el sentido de la proporción, ni tan desprovisto que pierdas la realidad de tu conveniencia.

No seas tan imaginativo que resultes frustrado, ni tan práctico que resultes vacío.

No seas tan exigente que resultes despiadado, ni tan flexible que resultes débil.

No seas tan perfeccionista, que resultes un insatisfecho, ni tan despreocupado que resultes un irresponsable. 

No seas tan prepotente que resultes soberbio, ni tan humilde que resultes insignificante.

No seas tan santo que resultes infalible, ni tan pecador que resultes ruin.

No seas tan mudable que resultes inconsistente, ni tan terco que resultes aferrado.

No seas tan activo que resultes acaparador, ni tan flojo que resultes desganado.

No seas tan reformador que resultes extremista, ni tan rutinario que resultes retrógrado.

¡Sé criatura, con todas las prerrogativas humanas, y todos los dones divinos!

¡Sé hijo de Dios!

¡Sé hombre!

En www.canaldelinmigrante.com podrás encontrar centenares de informes como éste, con orientación valiosa para alegrar y mejorar tu vida.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *